La industria tradicional y la de hoy

La industria es un sector cuya actividad consiste en transformar las materias primas en productos de consumo final o intermedio. La gran mayoría de las actividades industriales pertenecen al sector secundario.

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El concepto de industria implica un proceso de producción, que utilizará una determinada cantidad de trabajo y capital, y que se basará en la transformación de materias primas.

Además, las empresas industriales necesitarán otra clase de suministros (como los recursos energéticos) que, aunque no participan directamente en el proceso industrial, son indispensables para su existencia.

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El resultado final será un producto manufacturado, que puede ser de consumo final (si va directamente a los consumidores) o de consumo intermedio (en cuyo caso tendrá que someterse a otro proceso de transformación industrial antes de poder ser consumido por el público).

De este modo, el concepto de actividad productiva está estrechamente vinculado al de industria. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, aunque la industria suele asociarse al sector secundario, esta identificación no es del todo exacta, ya que hay algunas industrias, como la forestal, que pertenecen al sector primario.

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Tipos de industria

Industria pesada:

Basada en la producción de maquinaria y energía. Podemos destacar la metalurgia, la industria petrolera, la química y la minera.

Industria semiligera:

Utiliza productos semielaborados para fabricar bienes de equipo, como automóviles o maquinaria.

Industria ligera:

Emplea materiales parcialmente procesados y se dedica a la producción de productos acabados o semiacabados que serán consumidos principalmente por el usuario final. Nos referimos, por ejemplo, a la categoría textil.

Industrias básicas:

Son las primeras en la fase de producción, que transforman las materias primas en productos semielaborados que se utilizan en otras industrias y que rara vez se venden al consumidor final. Un ejemplo claro es la industria del acero.

Industrias de bienes de capital:

Se dedican a la producción de bienes de capital productivos a través de la transformación de productos semielaborados (normalmente por las industrias básicas). Por ejemplo, la fabricación de maquinaria o equipos electrónicos.

Industrias de bienes de consumo:

Producen bienes de consumo para el uso directo del consumidor final. Por ejemplo, textiles o electrodomésticos.

Además, es posible hacer una clasificación sectorial, encontrando así muchas variantes, siendo las principales

  • Industria siderúrgica (dedicada a la producción de hierro y acero)
  • Industria del automóvil (vehículos terrestres).
  • La comida.
  • Química.

La Industria de nuestros tiempos: la 4.0

La Industria 4.0 ha llegado para mejorar la productividad de las empresas y la satisfacción de los consumidores. Hemos visto una prueba de ello durante el periodo de emergencia de la pandemia, cuando ciertas tecnologías relacionadas con la Industria 4.0 resultaron ser cruciales para contrarrestar la crisis económica.

Pero, ¿en qué consiste la Industria 4.0? ¿Cuáles son sus beneficios? ¿Y cuáles son las tecnologías en las que se basa?

Industria 4.0: definición y significado

La Industria 4.0 se basa en dos pilares cruciales: la automatización y la interconexión. Esto es posible gracias al impacto de las tecnologías digitales que han dado lugar a una verdadera Cuarta Revolución Industrial.

En detalle, la Industria 4.0 se desarrolla y afecta a las operaciones empresariales en cuatro direcciones diferentes:

  • la gestión de datos,
  • el análisis de datos,
  • la interacción hombre-máquina y
  • la transformación de lo digital a lo real.

En cuanto a la gestión de datos, las principales tecnologías, como el big data, el open data, el IoT o el Cloud Computing, tienen como objetivo recopilar la mayor cantidad de datos sobre el funcionamiento de la maquinaria.

A continuación, estos datos deben ser agregados, desarrollados y explotados en el segundo ámbito de la 4.0, el del análisis de datos (o Analytics).

Otro elemento crucial de la Industria 4.0 es la interacción hombre-máquina, en la que tecnologías como el IoT, el aprendizaje automático, la realidad aumentada y la realidad virtual permiten una relación renovada entre la máquina y el operador, otorgando a este último un papel puramente de supervisión y control.

El último sector que toca la Industria 4.0 es la transformación de la producción digital en productos reales, a través de tecnologías como la impresión 3D y la robótica.

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¿Por qué se llama Industria 4.0?

Industria 4.0 es un término que se mencionó por primera vez, de forma oficial, en 2011, en la famosa Feria de Hannover.

Poco después, un grupo de trabajo, formado por los principales representantes de las empresas teutonas de ingeniería y electrónica, comenzó a trabajar en un informe que debía proponerse al gobierno alemán y que contenía las líneas maestras de la Cuarta Revolución Industrial y los pasos a seguir para su implantación.

De nuevo, en la Feria de Hannover, en abril de 2013, se sugirió el informe a las autoridades alemanas. Desde entonces, la Industria 4.0 se ha convertido firmemente en parte del lenguaje empresarial y de producción.

¿Cómo surgió la Industria 4.0?

La Industria 4.0, también conocida como la Cuarta Revolución Industrial, es la continuación natural de las tres revoluciones industriales anteriores, que pusieron literalmente patas arriba el funcionamiento de las empresas.

La Primera Revolución Industrial, como bien recuerdan los que tienen memoria escolar de historia, tuvo lugar en 1784, con el nacimiento de la máquina de vapor. A partir de ese momento, fue posible mecanizar y acelerar la producción aprovechando la fuerza del agua y del vapor.

Casi cien años después, en 1870, fueron inventos y descubrimientos como el motor de combustión interna, la electricidad y el petróleo los que desencadenaron la producción en masa y, por tanto, dieron comienzo a la Segunda Revolución Industrial.

Para llegar a la Tercera Revolución Industrial tenemos que esperar otro siglo y mover la mano del tiempo hasta 1970, con el nacimiento de la Tecnología de la Información. Esta invención dio lugar a una nueva automatización de los procesos y las operaciones, allanando el camino para lo que ahora llamamos la Cuarta Revolución Industrial, o Industria 4.0.

Beneficios de la Industria 4.0

Con la Cuarta Revolución Industrial, la interconexión entre los sistemas físicos y digitales será cada vez mayor. Las máquinas estarán conectadas a sus operadores mediante dispositivos inteligentes, capaces de analizar los datos, procesarlos y clasificarlos para poder leerlos y agilizar los procesos de toma de decisiones.

Es innegable que estas perspectivas, que en este apartado se exponen solo de forma generalizada, pueden aportar numerosas ventajas a las empresas. Aquí están los principales:

  • Aumento de la eficacia de la producción;
  • Eliminación de las paradas de producción, gracias al mantenimiento predictivo y al análisis constante que las máquinas realizan de forma independiente sobre sus parámetros;
  • Mayor flexibilidad y posibilidad de desarrollar nuevas áreas de negocio;
  • Posibilidad de producción por lotes, con un enfoque cada vez más personalizado;
  • Menos residuos, tanto en términos de recursos como de energía;

Más sostenibilidad: a menudo se cree que la implantación de las tecnologías 4.0 requiere una revisión completa de las instalaciones. En realidad, a menudo bastan unas pocas inversiones en las áreas más críticas para lograr enormes mejoras en toda la cadena de producción.

El nuevo papel del trabajador

Una de las cuestiones cruciales relacionadas con la 4.0 es, sin duda, el futuro del trabajador. El mercado laboral se prepara para un cambio que marcará una época, gracias sobre todo al impacto de tecnologías como la nube y el IoT.

Sin duda, dentro de las empresas, el papel de los trabajadores en las áreas de producción y administración cambiará radicalmente. Debido a la automatización de los procesos, heredarán una tarea más directiva y menos práctica.

Una evolución continua del papel que abandona definitivamente la metáfora tayloriana del «hombre buey» y se acerca rápidamente a la exaltación del trabajo inteligente.

En consecuencia, los parámetros de contratación de personal también están cambiando. Competencias como la creatividad, la resolución de problemas y las habilidades informáticas pasan a ser cruciales, especialmente en los sectores en los que sin duda habrá un aumento de la demanda de personal, como las finanzas, la gestión, la ingeniería y, por supuesto, la informática.

 

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