(Bloomberg) Sin dinero en efectivo y desesperado por ayuda para apuntalar su industria petrolera, Venezuela está asaltando sus bóvedas de oro y entregando toneladas de barras a su aliado de larga data, Irán, según personas con conocimiento directo del asunto.
Los funcionarios del gobierno apilaron unas 9 toneladas de oro – una cantidad equivalente a unos 500 millones de dólares – en aviones con destino a Teherán este mes como pago por la ayuda de Irán para revivir las paralizadas refinerías de gasolina de Venezuela, dijo el pueblo. Los envíos, que resultaron en una caída repentina de las cifras publicadas de reservas extranjeras de Venezuela, dejan al país devastado por la crisis con sólo 6.300 millones de dólares en activos en moneda fuerte, la cantidad más baja en tres décadas.
Las dos naciones – ambas parias en círculos internacionales – están trabajando más de cerca en su intento de resistir las duras sanciones de Estados Unidos y el colapso del precio del petróleo, su principal fuente de ingresos, provocado por la pandemia.
Para Irán, los acuerdos proporcionan una nueva fuente de ingresos. Para Venezuela, aseguran que su suministro de gasolina no se agote totalmente.
Frases de Robert Kiyosaki